Cómo mantener tus piezas como el primer día

• Evita el agua y la humedad prolongada
  Aunque la arcilla polimérica se vuelve resistente tras el horneado, no conviene mojar las piezas de forma habitual. Evita ducharte, nadar, lavarte las manos con fuerza, o exponerlas al agua repetidamente. Tampoco conviene dejarlas almacenadas con humedad: guárdalas en un lugar seco.

• Aléjalas de productos químicos, cosméticos y aerosoles
  Perfumes, lacas de pelo, cremas, maquillajes, sprays… todos ellos pueden afectar el acabado, color o barniz de la pieza. Por seguridad, ponte tu joya siempre después de aplicar esos productos. Evita limpiadores agresivos, disolventes, alcohol, acetona u otros productos químicos.

• Guárdalas con cuidado cuando no las uses
  Lo ideal es guardarlas en una caja de joyas, bolsa de tela o estuche individual, separadas de otras piezas para evitar rozaduras o golpes. Evita dejarlas sueltas donde puedan caerse, chocar o rayarse.

• Manipúlalas con delicadeza: evita presiones, dobleces o golpes fuertes
  Aunque la arcilla polimérica es resistente, no deja de ser un material artesanal: doblarlas, forzarlas o golpearlas contra superficies duras puede provocar grietas, roturas o que se desprendan los remates. Quita las joyas antes de dormir, practicar deporte, ducharte o nadar.

• Limpieza suave: paño húmedo y sin productos abrasivos
  Si se ensucian o toman polvo, límpialas con un paño suave apenas húmedo. Si necesitas limpiar zonas más pequeñas, puedes usar un bastoncillo (cotonete). No uses cepillos duros, estropajos ni limpiadores agresivos, ni alcohol, acetona u otros disolventes, ya que pueden dañar barnices, pinturas o acabados.

• Evita la exposición continuada al sol y al calor extremo
  La luz solar directa prolongada o fuentes de calor pueden afectar los colores, barnices o acabados, y alterar ligeramente la forma o el acabado.

• Revisa los remates metálicos con calma
  Si tus piezas incluyen componentes metálicos (ganchos, cierres, argollas…), aunque uses acero inoxidable para minimizar riesgos, conviene tratarlos con cuidado: evita humedad prolongada, contacto con agua o productos agresivos, y sécalos bien tras cualquier contacto con agua.